En esta época del año, el árbol que tengo en el jardín se empieza a salpicar de
bolas rojizas, son los frutos del madroño que se van coloreando y tomando ese aspecto
apetitoso de los frutos maduros.
Aunque parezca mentira, sus frutos tardan prácticamente un
año en madurar, desde que son flores hasta que nos comemos el fruto.
Ahora mismo los frutos de este madroño de la fotografía
están madurando, están tomando ese color rojizo tan bonito. Cuando todos los
frutos del madroño hayan desaparecido, empiezan a aparecer unas flores tipo campana que se
forman en ramilletes de color blanco amarillento, aunque se que en algunas
variedades de madroños son de color rosado, no es el caso de este ejemplar. También
es posible ver en algunos ejemplares coincidir los frutos y sus flores.
Los frutos muy maduros son muy dulces, pero están llenos de
semillas algo incómodas, que se quedan entre los dientes al masticarlos.
Usos de los frutos del madroño
De antiguo sus frutos se utilizaban para hacer orujos, ya que contienen un 10% de alcohol invertido y circulan algunas leyendas advirtiendo que si comes muchos frutos acabarás con una sensación de haber tomado algunas copas, sobre todo podrían aparecer dolores de cabeza y mareos. Me imagino que el origen de estas leyendas, tienen su origen en tiempos en los que la gente se alimentaba de lo que la naturaleza le podía proporcionar, hoy en día no me imagino a un niño comiendo frutos del madroño hasta hartarse.
Sin embargo a pesar de su mala fama, la cantidad de
flavonoides presentes en los frutos del madroño, hacen que sea un fruto
interesante por su acción antioxidante.
Depende de la zona en la que vivas, a lo mejor cuando sales
a pasear puedes encontrarte algunos ejemplares en estado silvestre, o tal vez
los puedas encontrar en algún parque de tu ciudad, pues debes saber que los
frutos del madroño son exquisitos cuando están completamente maduros, pero como ya te he
comentado, son un poco molestas sus semillas, aunque no mucho más que las de
los higos.
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